El panorama en las novilladas sin caballos:
Se comenta que
cada vez disminuye más el número de festejos en cuanto a novilladas con
caballos debido a los gastos que generan y en algunos casos, la poca afluencia
de público que acude a estos festejos.
El caso de los
novilleros sin picadores es diferente, los actuantes suelen pertenecer a
escuelas taurinas, las cuales suelen promocionar a los nuevos valores a través
de clases prácticas. Pero no es el caso de las clases prácticas lo que más
preocupa en los tiempos que corren, sino las novilladas sin caballos como tal,
las que organizan los empresarios con todos los gastos que corresponden y
cobrando una entrada al público.
Una serie de
empresas que se dedican a ofrecer este
tipo de espectáculos, cometen auténticos atentados contra la integridad del
mundo del toro en muchos de los festejos que organizan.
El sistema que
están siguiendo algunas de estas empresas es el siguiente: los novilleros que
suelen actuar en estas novilladas acceden a torear a cambio de comprometerse a
vender un número determinado de entradas o en el peor de los casos, acceden a
torear aportando una cantidad de dinero propio. También hay casos en los que
les ofrecen torear a cambio de una mísera cantidad de dinero con la que tienen
que pagar a toda su cuadrilla, gastos, etc. y como es lógico, al ser una
cantidad tan pequeña, tienen que poner dinero de sus bolsillos.
Pero esto no
queda ahí, otras empresas ofrecen torear diciéndoles a los novilleros aquello
de “ir y venir”, es decir, sin cobrar ni un céntimo.
Como una cosa
lleva a la otra, el tema de la competencia desleal en las cuadrillas está al
orden del día en estos festejos, puesto que al querer ahorrar gastos, estas
empresas contratan a los banderilleros en algunos casos. Cuadrillas que por
supuesto, acuden cobrando un salario muy por debajo de los sueldos mínimos
establecidos, sin respetar a la profesión porque muchos de éstos subalternos se
ponen el traje de luces sólo por pasar la tarde y llevarse su boletín, puesto
que no están cualificados para ponerse delante de un animal bravo y lo peor es
que el aficionado que paga su entrada y tiene un mínimo de criterio, suele
indignarse al ver el desorden que ocasionan en las lidias. Con lo cual, no es
que no haya afición, es que no se le respeta y encima se le quiere engañar.
Y el novillero
que no entra en este juego, mientras tanto se queda en su casa, porque antepone
su dignidad y sus principios antes que acceder a torear en estas condiciones.
Conociendo este
“sistema” y el nuevo método de pago establecido en el actual Convenio Colectivo
que ha sido modificado con respecto al anterior en cuanto al cobro de los
sueldos mediante transferencia bancaria, en estos casos se estaría
incumpliendo. Por lo tanto, el control no es efectivo y volvemos a estar en la
misma situación.
¿Quién es
capaz de controlar esta situación y
paralizarla? Si no se apoya a la cantera que es el futuro y se les maltrata
¿cómo van a ser capaces de recorrer el largo camino hasta llegar a ser
matadores de toros?
Preguntas y
más preguntas que se vuelven a quedar sin respuesta y mientras tanto, atentando
contra la afición y a todo esto le sumamos un sinfín de problemas que se
agregan...
Por: "Arponcillo"